Guía para identificar tu tipo de piel

La piel es el órgano más grande del cuerpo, actúa como barrera protectora, ya que ofrece impermeabilidad y protección gracias a su manto hidrolipídico (mezcla de sebo y sudor que recubre la parte exterior de la epidermis).

Podemos encontrar diferentes tipos de piel dependiendo principalmente del ostium folicular (también conocido como poro); y otros factores como el estado de la superficie de la piel (estrato córneo), lesiones elementales (comedón, microquiste, millium, nódulos) que nos ayuda a determinar cuál es el tipo de piel en concreto.

 

Tipos de piel

De manera general podemos decir que existen tres tipos de piel, que a su vez, abarcan más subtipos. Estos tipos de piel son tres: piel grasa, ideal y seca.

En uno de los extremos de la piel ideal o eudérmica se encuentra la piel grasa. Dentro esta encontraremos, la piel grasa oleosa, deshidratada y asfixiada. En el otro extremo encontramos la piel seca, la cual agrupa a la piel seca alípida y la piel seca deshidratada.

A continuación, encontrarás de manera esquemática, los tipos de piel que existen:

 

GRASO

IDEAL

SECO

Graso oleoso

Eudérmico (piel normal)

Seco alípido

Graso deshidratado

 

Seco deshidratado

Graso asfixiado

 

 

 

Piel eudérmica (piel normal).

Como he dicho anteriormente, la piel conocida como ‘normal’ se denomina piel eudérmica. Este tipo de piel se caracteriza por tener equilibrada las secreciones, el ostium folicular (poro) invisible y por carecer de brillos.

Es suave al tacto. No tiene lesiones (granitos). Y es la impresión de una piel lozana y aterciopelada. Un claro ejemplo de este tipo de piel normal sería la piel de un bebé.

 

Piel grasa oleosa.

Este tipo de piel se caracteriza por una secreción grasa y sudorípara aumentada. El ostium folicular (poro) es visible. Este tipo de piel es untuosa y brillante y su superficie está hiperqueratinizada, o sea más gruesa.

No suele tener lesiones elementales (comedones) salvo en la etapa premenstrual, pero si es propensa a los puntos negros. La impresión subjetiva es de una piel lozana y brillante.

 

Piel grasa deshidratada.

La característica de esta piel es la secreción sebácea aumentada y la secreción hídrica disminuida, por lo que el ostium folicular es visible; pero tiene poca untuosidad. Su superficie es áspera por zonas. A diferencia de la piel grasa oleosa, esta presenta lesiones elementales como quistes y comedones. Y la impresión al verla es de una piel marchita, falta de brillo y áspera.

 

Piel grasa asfíxica.

En este tipo de piel grasa encontramos una secreción sebácea retenida por el exceso de queratina. El ostium folicular es visible. Su superficie es de una piel fuerte, densa y presenta queratosis (engrosamiento de la capa córnea de la piel).

Entre las lesiones que podemos encontrar son frecuentes los quistes y microquistes. La impresión subjetiva es de una piel mustia y acartonada.  Solemos encontrarnos grasos asfíxicos en pieles saturadas de productos y por mala elección de cosméticos.

 

Piel seca alípida (menos de 35 años).

La característica principal de esta piel es la secreción sebácea disminuida. Su ostium folicular es invisible o poco visible. Esta carece de untuosidad. Es una piel fina y transparente en la que no encontramos ningún tipo de lesión elemental. Este tipo de piel suele tener problemas de manchas desde la pubertad y disfunción vascular (capilares visibles).

La piel seca alípida suele sufrir de deshidratación debido a la falta de secreción sebácea y la atrofia de la glándula sudorípara. La impresión subjetiva es de una piel transparente, frágil y de aspecto de porcelana.

 

Piel seca alípida (más de 35 años).

Este tipo de piel presenta una secreción sebácea disminuida en mayor grado, lo que provoca una mayor deshidratación. Tiene como característica un ostium folicular poco visible.

Es una piel mate, sin untuosidad y áspera al tacto. En su superficie se encuentran ligeras descamaciones propias de la deshidratación. Esta piel es tendente a las arrugas y no tiene lesiones elementales. Es propensa a las manchas y suele tener trama vascular visible (venitas, capilares).

La piel seca alípida se reconoce como envejecida, similar al papel de seda arrugada. A su vez, esta piel es tendente al envejecimiento prematuro.

 

Piel seca deshidratada.

En este tipo de piel tiene un ostium folicular invisible o poco visible. No presenta nada de untuosidad y en su superficie encontramos finas descamaciones propias de la piel deshidratada. Carece de lesiones elementales y puede presentar manchas y trama vascular visible.

La piel seca deshidratada tiene un alto nivel de intolerancia al jabón y a los cambios climáticos. Es una piel prematuramente envejecida.

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